En Santo Domingo los peatones no tienen cultura de poner la basura en los recolectores, prefieren arrojarlas en la calle en vez de caminar unos pasos y depositarlas en los recolectores. Por esta razón las calles de la ciudad siempre están sucias, causando un mal espectáculo ante la retina de propios y extraños.
Diariamente vemos emborronadas las calles con desechos orgánico, plástico y comida. Poco a poco nos hemos acostumbrado a vivir esta cultura anti-higiénica y desordenada. “Esta situación afecta al ornato de la ciudad y ahuyenta al turismo. A lo mejor a nosotros no, porque estamos acostumbrados a vivir con las calles embijadas”, dijo Mariano Pérez, profesor universitario.
Observando a las personas que arrojan la basura, surge una pregunta “si en las calles los peatones actúan así”, ¿Cómo serán en sus casas? Es hora de que el Municipio haga una Ordenanza para sancionar a las personas que ensucian la vía pública, caso contrario, esta mala costumbre no va a cambiar.
Más allá de una sanción, los ciudadanos debemos hacer conciencia, y no arrojar la basura donde sea, ya que Santo Domingo es un lugar “donde la Patria se encuentra”. Ese es un motivo poderoso que obliga a tener nuestra ciudad limpia a toda hora, ya que somos visitados a diario por turistas nacionales y extranjeras.